martes, 23 de septiembre de 2008

Todas las canciones me recuerdan a…

Este post lo empecé a escribir para un blog de música en el cual soy colaborador y comparto la autoría de sus entradas con mis compañeros de piso. Me desvié un poco del propósito del blog de tal forma que decidí publicar lo que había escrito en Experiencia en Europa.

Te encuentras mirando hacia la ventana del autobús para hacer más conmovedora tu existencia en ese momento, que recurso tan gastado. El paisaje es irrelevante. Los árboles, las señales de tránsito, las personas caminando en la acera, todo se esfuma tan rápido como los kilómetros. No tiene importancia, has perdido la noción del espacio y tiempo. Solo te interesa captar esa melodía que suena detrás del retumbo del motor, el claxon de los otros coches y el cotilleo de los chicos de tu misma edad que ahora has degradado a infantiles por el contenido banal de su conversación. ¿Te ha pasado? Apuesto que si.

La reconoces. Es “esa” canción. Repasas la letra en tu cabeza y al mismo tiempo empiezas a desenterrar un montón de recuerdos, los cuales alguna vez tiempo atrás en un momento de completa lucidez e inteligencia prometiste olvidar. Inmediatamente piensas: “la letra me viene perfecta”, “el autor de esta canción parece inspirado en lo que me pasó a mí”, “que consejos tan sabios querida Britney”. En realidad todas las canciones serán “esa” canción. Dejaste de discriminar género musical o artista desde que te apropiaste del rol la persona más patética del planeta.
Todos hemos pasado por esto. Es normal identificarse con una tonadilla. Sin embargo, creer que cada canción procedente del desafortunado dial del chofer nos vocifera un consejo sutil, es triste.

Estoy completamente seguro, Metallica no creo “Nothing else matters” pensando en la muerte de tu perrito Skipper. ¿Se suicidó Kurt Cobain porque se enteró de tu pobre desempeño sexual? Claro que no. Radiohead tampoco pensó en tus 120 kilogramos de peso cuando concibió “Creep” ¿Acaso no has visto a esos tipos? Juntos no suman 120 Kg.

Deja de sentir pena por ti mismo, esta sobrevalorado. ¡Disfruta de la música! No la arruines con problemas ridículos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mi kerido master la verdad estoy de acuerdo contigo pero por mas ridiculo que sea..la gente no va a dejar de soñar mientras escucha una cancion de la cual se sabe la letra y recuerda buenos momentos..jaja al menos yo soy una! :P
Mari Sensei

Rumplestiltskin dijo...

Arigatou Sensei!