Recientemente me enteré que no vuelvo a Colombia, al menos en un año. Esa noticia logro generar en mi cabeza la escena de una serena y fría nochebuena, sin el hermoso árbol navideño de mi madre desafiando la potencia eléctrica contratada y sin los adornos navideños. Interpreté esta imagen como mi realidad próxima en el mes de diciembre, casi pierdo la razón. Aquellos ornamentos navideños solían hacerme idear que en algún lugar en el polo norte se encontraba la Sra. Clauss, agitando su brazo de furia y reclamando la vuelta de su decorado.
Traté de encontrar consuelo en los daltónicos monocromáticos, que navidad tan gris tienen estos tipos, sin embargo, ellos tienen a sus familias así que los maldigo.

Pero para los que se puedan preocupar por mí, estoy muy bien. Como diría uno de mis ídolos de televisión ¡Estoy de viviendo de puta madre!

Ahora, el fin de Experiencia en Europa es otra novedad. Voy a dejar de relatar en este blog lo que estoy viviendo en Europa.
Los motivos los que me han encaminado a tomar esta decisión son muy simples.
Las personas cambian. Ya no quiero hacer público mis alegrías, regocijos y frustraciones semana tras semana. Si alguien ajeno a mi entorno desea conocer sobre mis experiencias, estaría encantado de charlar un rato por móvil, teléfono o msn, un email también es una buena opción.

Un nuevo pseudónimo, un nuevo título y un nuevo enfoque. Escribiré sobre lo que se me antoje. No quiero ponerme límites.

Hasta la próxima entrada.