miércoles, 1 de octubre de 2008

El problema de las redes sociales

El dueño de facebook Mark Suckerberg es el magnate mas joven del mundo. Facebook es ahora la red social más popular entre los jóvenes y sorprendentemente cada vez más personas se transforman en facebook adictos. Las ganancias del precoz millonario se multiplican a un ritmo acelerado.

Todo parece ser ventajas con esta red social. Encontramos viejos amigos, organizamos manifestaciones, damos a conocer nuestro estado de ánimo, incluso felicitamos y damos condolencias por este medio, todo con un par de clicks.

Todo con un par de clicks. Una idea fascinante y a la vez escalofriante.

El problema es la pincelada de impersonalidad con la cual hemos teñido nuestras relaciones.

Me gusta pensar que todos los humanos somos predecibles. Me atrevo a afirmar que todos preferimos una llamada en el día de nuestro cumpleaños a un mensaje en “el muro”. Por ende, me atreveré a realizar una apuesta salvaje. ¡Apostaré 5 € a que todos prefieren la llamada!
De acuerdo, la cantidad no es colosal, pero si lo piensan bien me estoy aventurando a predecir las oscuras y traviesas conductas humanas. En el caso de estar completamente errado sobre lo excesivamente previsible de nuestro pensar, tendría que depositar a cada uno de mis lectores 5 €, equivaldría a 15 ó 20 € entre todos mis lectores.

Apostar sobre conductas humanas en momentos de crisis económica mundial puede llegar a ser tan peligroso como cazar moscas con un rifle en un parque de diversiones.

Optaríamos por la opción de “el muro” cuando te llama un amigo tan aburrido que preferirías que olvidara tu fecha de cumpleaños. Esto es un caso aislado.

Existe un mensaje tácito en el inconfundible mensaje de felicitación en el facebook.

El característico mensaje es el siguiente:
Hola Rumplestiltskin, ¡Feliz cumpleaños! Te deseo un feliz día y que los disfrutes con todas las personas que quieres. Un abrazo.

El mensaje oculto es el siguiente:
Me he enterado que cumples años, facebook se ha encargado de recordármelo por medio de un e-mail. Si dependiera de mi, jamás lo habría recordado. He visto que todos nuestros amigos te han felicitado así que creo que lo correcto es hacerlo también. No me importas lo suficiente como para gastar unos cuantos centavos en llamarte, sin embargo deberías estar agradecido de haber recibido este mensaje.

¿Estoy endeudado?

1 comentario:

Fabiana dijo...

Yo creo que la "dependencia" de las redes sociales es mayor en Europa. En Latinoamérica todavía valoramos más la relación persona a persona, el mensajito de texto, el mate, café o cerveza con el amigo que cumple años. Aquí parece que la gente pierde las inhibiciones y solo se aventura a relacionarse a través de un ordenador.